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El diálogo de El Sofista, viene a ser parte de los diálogos de la vejez de Platón y es también conocido por muchas traducciones como el dialogo sobre el ser, el diálogo está construido a través de definiciones obtenidas a través del método de división, método que después usará junto al modelo dialéctico, desde lo general a lo particular y viceversa, para aproximarse a un esquema de refutación del no-ser, tal como fue concebido por Parménides.

Así pues, en la primera parte del diálogo del 216a – 231c, intenta obtener una serie de definiciones del Sofista, aplicando el método de la división, tal como lo hiciera para un modelo sencillo, como el del Pescador de Anzuelo.

Posteriormente a este desarrollo, Platón nos adentra a la posible existencia del no-ser a través de las imágenes (236d). 

Extr. – En realidad, bienaventurado joven, estamos ante un examen extremadamente difícil, pues semejarse y parecer, sin llegar a ser, y decir algo, aunque no la verdad, son conceptos, todos ellos, que están llenos de dificultades, tanto antiguamente como ahora. Pues afirmar que realmente se pueden decir y pensar falsedades y pronunciar esto sin incurrir necesariamente en una contradicción, es, Teeteto, enormemente difícil.

Teet.- ¿Por qué?

Extr.- Un argumento semejante se atreve a sostener que existe lo que no es, pues, de otro modo, lo falso no podría llegar a ser. Pero el gran Parménides, hijo mío, cuando nosotros eramos jóvenes, desde el principio hasta el fin testimoniaba lo siguiente, tanto en prosa como en verso :

Que esto nunca se imponga -dice- que haya cosas que no son. Tu al investigar, aparta el pensamiento de este camino.

Después retoma más adelante la idea de las imágenes como realidades donde el no-ser tiene presencia (239d). Sin embargo continuando con la cronología del diálogo continuamos en el 238b, donde el extranjero induce a pensar la existencia del no-ser como un recurso numérico. 

Extr.- Pero, ¿ de que modo podría alguien pronunciar por medio de su boca o captar en forma absoluta con el pensamiento las cosas que no son , o lo que no es, prescindiendo del número?

Teet.- ¿Cómo? Dilo.

Extr.- Aun cuando hablemos de cosas que no son, ¿ No intentamos aplicarles la pluralidad numérica?

Teet.- ¿Qué?

Extr.- Algo que no es, ¿no implica acaso la unidad?

Teet.- Evidentísimamente

Esto establece uno de los núcleos fundamentales del diálogo, probar la existencia del no-ser por medio del lenguaje, el no-ser, existe en la medida en que lo nombramos, al nombrarlo le atribuimos existencia. (238e) 

Extr. – Y del mismo modo había dicho, un poco antes, que él <<es>> impronunciable, indecible e informulable. ¿ Me sigues?

Teet.- Te sigo. ¿ Cómo no habría de hacerlo?

Extr. – Cuando intente aplicarle el <<es>>, ¿no dije lo contrario de lo anterior?

Teet.- Parece.

Extr.- ¿Y qué? Al aplicárselo, ¿no razoné como si él fuese uno?

Aquí Platón, a través del recurso del lenguaje concibe la existencia del no-ser, es decir al aplicarsele el verbo en tercera persona del singular : <<es>>.

Luego Platón vuelve a enfatizar la existencia del no-ser, a través de la imagen, recurriendo a que la imagen no representa la verdad de las cosas, que la imagen es un reflejo de la verdad, no es la verdad, sino parecida. Esto representa otro aspecto elemental en el núcleo del diálogo. Entonces establece (240a):

Teet.- No es en absoluto verdadera, sino parecida.

Extr.- ¿ Dices acaso que lo verdadero es lo que existe realmente?

Teet.- Así es.

Extr. – ¿ Y qué? Lo que no es verdadero, ¿ no es acaso lo contrario de lo verdadero?

Teet.- ¿Y cómo no?

Extr.- Dices entonces que lo que se parece es algo que no es, si afirmas que no es verdadero. Pero existe.

Seguidamente Platón, refiriéndose al sofista, como un engañador capaz de producir en nuestra alma, pensamientos falsos (opiniones), entonces el pensamiento falso piensa lo que no-es. Necesariamente vuelve a inducirnos la existencia del no-ser. De la misma manera, los discursos falsos, afirman que lo que no-es es.

Platón, encara, poner a prueba la tesis de Parménides, mediante un proceso dialéctico que le permita , resolver si es posible negar el no-ser. Aquí comienza con preguntarse sobre la cualidades y cantidad de los entes 242c, y aborda la diversidad de los géneros y su comunicación, tal como lo frío y lo caliente, y el ser, seguramente refiriéndose o haciendo alusión a Heráclito de Éfeso. (243e) 

Extr.- << Y bien, vosotros, que sostenéis que todas las cosas son lo caliente y lo frío, u otra pareja por el estilo, ¿Qué afirmáis respecto de ellos cuando decís que ambos y cada uno “es”? ¿Qué suponemos que es este “ser”? ¿ Es algo tercero, además de aquellos dos, y entonces, según vosotros, debemos sostener que el todo son tres cosas, y no dos? Pues cuando llamáis “ser” a uno de ellos, no podéis decir ambos “son” del mismo modo : Habría algo así como un uno doble, pero no dos.>> 

Esto sirve de preámbulo para otra intento de refutar a Parménides y el concepto de el todo y las partes (244e):

 Extr.- Entonces, si el todo es, como dice Parménides, 

Semejante por doquier a la masa de una esfera bien redonda, absolutamente equidistante a partir del centro; pues ni algo mayor ni algo menor, aquí o allá, es necesario que haya, un ente semejante tiene medio y extremos, y al tenerlos es completamente necesario que tenga partes, ¿o no?

Evidentemente propone Platón una refutación que forma parte de una serie de cuestionamientos sobre la totalidad del ser y la posibilidad de añadir algo al ser, o incluso añadir el no-ser al ser. Finalmente luego del proceso dialéctico de afirmar y negar a la largo del discurso concluye (245d):

Extr.- Lo que llega a ser, siempre llega a ser todo, de modo que es necesario que si se proclama que ni la unidad ni el todo existen, no deberán colocarse ni la esencia ni la generación entre las cosas que son. 

Luego continua el diálogo a partir del 249d definiendo y estableciendo el ser como la comunidad de los géneros, que antes ya había empezado a descubrir, cuando hablaba de lo caliente lo frío y el ser. 

Esto representa otro núcleo del diálogo de El Sofista, porque a través de los géneros y su comunicación tratará de demostrar la existencia del no-ser nuevamente. Procedemos a referenciar en el diálogo como va descubriendo los géneros y combinándolos entre ellos hasta llegar a probar la existencia del no-ser (250b)

Extr.- Colocas, entonces, al ser, en el alma como una tercera cosa, junto a las otras, de modo que, una vez abarcados por aquél tanto el cambio como el reposo, al considerarlos en conjunto y al examinarlos en relación a su comunicación con la esencia, afirmarás así que ambos existen? 

Platón, deja ver en esta parte del diálogo que así como era complicado intentar comprender el no-ser de la misma manera resulta complicado entender el ser, desde este planteamiento, intuye que al descubrir uno, directamente se nos mostrará el otro.

Luego formula la siguiente pregunta para aproximarse a la comprensión de otros géneros (251d)

Extr.- ¿ Dejaremos acaso de poner en relación al ser con el cambio y con el reposo, y toda cosa con toda otra cosa, como si existiesen sin mezcla y fuese imposible un intercambio mutuo, y las consideraremos así en nuestros razonamientos? ¿ O reuniremos toda las cosas en una sola, como si fuese posible para ellas comunicarse recíprocamente? ¿ O pondremos en relación a unas sí, y a otras no? ¿ Cuál de estas posibilidades diríamos que ellos elegirán, Teeteto? 

Luego de darse a la tarea de argumentar y evaluar cada uno de las preguntas, demuestra que las dos primeras son imposibles, por consiguiente poner la relación entre unas y otras , a través de la división de los géneros y de forma dialéctica establece lo siguiente (253d)

Extr.- Quien es capaz de hacer esto: distinguir una sola forma que se extiende por completo a través de muchas, que están, cada una de ellas, separadas; y muchas, distintas las unas de las otras, rodeadas desde fuera por una sola, y una sola, pero constituida ahora en una unidad a partir de varios conjuntos; y muchas diferenciadas, separadas por completo; quien es capaz de esto,repito, sabe distinguir, respecto de los géneros, como algunos son capaces de comunicarse con otros, y como no. 

Luego vuelve al punto donde afirma que los entes son tres, el ser mismo, el reposo y el cambio, además los denota como mayores. Seguidamente establece que cada uno de ellos es diferente de los otros dos, pero es igual a si mismo, de allí, mismos y diferentes corresponden a otros géneros que pertenecen a aquellos. 

Así continua el diálogo demostrando la pertinencia de estos dos géneros recién descubiertos, como cuarto y quinto género. 

Evaluando el género del cambio, se pregunta (256d): 

Extr.- ¿ No es acaso evidente que el cambio es realmente algo que no es, aunque también sea, pues participa del ser?

Teet.- Es evidentísimo

Extr.- Es, entonces, necesario que exista el no-ser en lo que respecta al cambio, y también el el caso de todos los géneros. Pues, en cada género, la naturaleza de lo diferente, al hacerlo diferente del ser, lo convierte en algo que no es, y, según este aspecto, es correcto decir que todos ellos son algo que no es, pero, al mismo tiempo, en tanto participan del ser, existen y son algo que es. 

Así pues, Platón avanza en la argumentación para demostrar , tal como concluye posteriormente que mediante el lenguaje es posible refutar a Parménides, seguidamente se dedica a establecer la relación del juicio y el discurso con el ser y el no-ser, versando sobre estos la posibilidad de existencia mediante los juicios o discursos falsos del no-ser. 

Finalmente llega Platón a la conclusión de la existencia del no-ser, y lo expresa de esta forma(258b): 

Extr.- ¿Entonces, como tú dices, no es para nada inferior a las otras realidades, y se debe tener el coraje de decir que el no-ser existe firmemente, y que tiene su propia naturaleza, así como lo grande era grande y lo bello era bello, y, a su vez, lo no-grande era no-grande y lo no-bello, no-bello, de tal modo que el no-ser en sí era y es no-ser, como una forma contada entre muchas otras? ¿ O nos queda aún cierta desconfianza al respecto, Teeteto?

A lo largo del diálogo observamos como de la misma manera que logró Platón definir al sofista desde varias argumentaciones, de igual manera a través desde varios elementos del lenguaje puede aproximarse a encontrar y demostrar la existencia del no-ser.

Nota del autor: Para tal resumen se tomó la edición del diálogo El Sofista publicada por la editorial Gredos en Madrid en 1998. Los escritos corresponden al estudio de los diálogos platónicos, correspondiente a la materia Historia de la Filosofía I, realizados el 15 de junio del 2011.

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