La alegoría de las cavernas nos proporciona el planteamiento de como Platón establece la diferencia entre lo que nos aportan los datos de los sentidos (en este caso sombras) y la percepción real de las cosas ( lo que se logra ver al salir de la caverna), haciendo una analogía con el conocimiento común de la sociedad (sombras) y el conocimiento alcanzado por medio de los estudios, bien dirigidos, de los filósofos (realidad).
Lo que persigue Platón con este ejemplo , es demostrar que el ciudadano común adecuado a un conjunto de ideas y de estructuras mentales que le proporciona la cotidianidad (representado por los encadenados en la caverna), carece del entendimiento necesario para dirigir un estado, y no lo puede hacer porque viven en un mundo de creencias (sombras) que no le permitirá conducir a la sociedad a un estado de bienestar y felicidad, solo le permitirá continuar con el estado actual de las cosas y esto decantaría en la destrucción del estado.
Propone Platón un esquema riguroso de estudios de ciencias especificas, lo que permitirá al individuo acumular un conjunto de conocimientos y pericias que le permitirán conducir un estado, este proceso de estudios representa en la alegoría la salida de las cavernas.
Pero al llegar a ese conocimiento, debe tener el individuo un conjunto de cualidades que le permitan persuadir al resto de la sociedad en el objetivo de construir un nuevo orden de justicia y bienestar social, este proceso representa el bajar a la caverna una vez apreciada la realidad fuera de la caverna.
Fundamentalmente persigue Platón establecer el carácter y la condición de los gobernantes para poder conducir el conjunto de reformas que permitan establecer un estado de bienestar y justicia.
Nota del Autor : Texto preliminar correspondientes al análisis de la lectura del libro Séptimo de La República o El Estado por Platón, elaborado el 17 de Diciembre.